El pasado martes 16 de diciembre de 2025, la rutina del aula "Espacio Digital" del Centro de Personas Mayores de San Lázaro, en Zamora, cambió las tablets y los teléfonos móviles por un dispositivo mucho más grande: un coche eléctrico.
En una actividad organizada en colaboración con la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE), los asistentes al taller —cuyo objetivo habitual es acercar las nuevas tecnologías a los mayores— tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano la realidad de la movilidad cero emisiones, rompiendo la barrera digital y, de paso, unos cuantos mitos.

El protagonista de la jornada fue un Tesla Model 3, que sirvió como ejemplo práctico para explicar el funcionamiento, la carga y la tecnología embarcada en estos vehículos. Los usuarios pudieron inspeccionar el coche tanto por fuera como por interior, sorprendiéndose gratamente por la estética y la habitabilidad, muy lejos de la imagen futurista o "extraña" que algunos esperaban.
La visita se convirtió en un foro de debate muy activo. Los asistentes aprovecharon para lanzar las preguntas que realmente preocupan al ciudadano de a pie, centradas principalmente en el precio, la capacidad de recarga, los tiempos de espera, la autonomía y la fiabilidad.
La sensación general fue de "apertura de ojos". Muchos de los presentes confesaron estar confundidos por informaciones que habían oído previamente. Descubrir que la realidad del vehículo eléctrico es más accesible y fiable de lo que pensaban —y sobre todo, que no son tan inalcanzables económicamente como creían— fue una de las grandes conclusiones de la mañana.

El momento estelar de la jornada llegó con la demostración de las capacidades autónomas del vehículo. Se realizó una prueba del sistema Smart Summon (convocatoria inteligente), que permite al coche moverse de forma autónoma a baja velocidad.
La anécdota del día la protagonizó uno de los usuarios que se encontraba en el interior del vehículo durante la demostración. Al ver que el coche comenzaba a maniobrar sin conductor al volante, sus compañeros, entre risas y asombro, exclamaron que el coche "se marchaba solo con el señor dentro". Una situación simpática que sirvió para ilustrar el altísimo nivel tecnológico que estos vehículos ponen al servicio de la seguridad y la comodidad.
Desde AUVE celebramos iniciativas como esta en San Lázaro, que demuestran que la transición hacia el vehículo eléctrico es una cuestión transversal que interesa, sorprende y convence a todas las generaciones.
Comentarios